EL ABORTO EN UN ESTADO LAICO. Discurso durante la presentación del libro
Gracias por asistir a esta fiesta cultural, la publicación de este libro plasma nuestra convicción de que los asuntos de la educación y de la academia, deben formar parte central del debate público nacional, pero al mismo tiempo, que este debate debe ser informado y basado en el conocimiento académico-científico.
La UTE y el Centro de Investigación Genética y Genómica no hacen más que cumplir con su propósito esencial que es el incrementar el espacio institucional que hemos creado en la Universidad para potenciar la investigación y la reflexión académica en el país, inclusive de temas que podrían resultar especiales o polémicos y en esto tuve el apoyo de la UTE a través de su Editorial y la contribución del Dr. Ricardo Hidalgo, médico que con sensibilidad y consciente de esta realidad escribió un prólogo muy científico y acertado.
Este libro en particular trata sobre el aborto, tema que despierta pasiones, pero que es trascendental analizar y llevar al debate, principalmente cuando tiene que ver con salud pública, seguridad y bienestar social; hay que conducir a un análisis serio, apoyado en el conocimiento científico y fundamentado en el empirismo racional, pero con una visión social fuerte.
Debemos brindarle a la sociedad y a nuestros políticos insumos que respondan a la situación real por la que atraviesa nuestro país en este tema, mediante información confiable basada en evidencias, lo cual permitirá tomar decisiones acertadas, en este caso particularmente a favor de las mujeres que enfrentan situaciones tan difíciles como una violación con embarazo; una cosa es ver la situación de lejos y otra es tener que experimentarla, sobrellevarla y enfrentar la vida después de un acto tan punible.
No repetiré cifras ni diré argumentos que están ya contemplados en el libro y que ustedes los podrán leer, pero si quiero contarles cómo surgió este libro.
Luego de hacer genética en el exterior, regresé al Ecuador y empecé haciendo Diagnóstico Prenatal, siempre lo consideré como un derecho a la salud de las mujeres. Todo tomaba su curso habitual, hasta que en un diagnóstico de una madre de 41 años, detectamos una anormalidad genética y ahí empezó la problemática social, económica, ética y moral. Los criterios se dividieron entre los colegas que aceptaban practicar un aborto legal versus los que no. Al final triunfó el derecho de la mujer de decidir y se realizó la interrupción terapéutica del embarazo, con todas las seguridades de salud necesarias. Así se continuó actuando en el país entero frente a embarazos por violación o con problemas genéticos y malformativos; hasta que llegó el Código Integral Penal que prohibió todo tipo de aborto, excepto en un embarazo con riesgo para la madre y en una mujer violada “con retardo mental”. Esto fue un paso atrás en derechos.
Hoy los movimientos sociales y las mujeres especialmente, piden que se despenalice el aborto por violación y estupro, y el aborto por problemas genéticos y malformativos, que sea VOLUNTARIO. La mujer debería tener la libertad de decidir, puesto que solo ella conoce de su capacidad emocional, familiar y también económica, que le permitirá resolver si continúa o no con su embarazo.
Hay suficiente evidencia de que el tema del aborto es una problemática de salud pública: muertes por una deficiente o casi nula atención médica, niñas sin oportunidad de tener una vida plena y digna porque fueron violadas y obligadas a ser madres prematuramente, ausencia de servicios de salud que les permita tener atención psicológica, médica, nutricional, etc., por lo cual debe existir una política pública clara en relación al aborto.
Las instituciones, los colegios profesionales, las academias, no tienen una posición pública específica, se cuidan mucho de opinar sobre este tema que los involucra, que los tienta en muchos casos, pero que política o socialmente podría afectar su imagen. Es urgente romper la complicidad del silencio.
Pero la academia es muy interesante, la imagen que la academia debe mostrar es la imagen de la ciencia, esa es su fuerza, esa es su verdad. Apegada a la ciencia la academia no solo que debe posicionarse, sino dejar su neutralidad. No existe ciencia neutra, la ciencia obedece a evidencias y en este momento, con certeza, el aborto es un problema social y de salud pública.
Este libro presentado en una Universidad es la muestra de la discusión académica, del debate que temas como estos deben generar, con argumentos y con seriedad, lejos de los improperios.
Los improperios se dan cuando no hay argumentos, cuando la discusión pasa de lo académico a un acto de fe y no hablo de religión, sino acto de fe; olvidando que incluso ahí deberían hacer prevalecer el bienestar de la niña o mujer que está atravesando una situación que no podemos siquiera imaginar.
Nada es absoluto en ciencia, por eso no se acepta un acto de fe en la ciencia, y el tema del aborto ha llegado a exponerse como un acto de fe, alejado de la ciencia y de la realidad. La ciencia tiene como obligación romper con los actos de fe y encaminar a los individuos a la racionalidad empírica y lógica.
El aborto y las luchas por los derechos me muestran otras cosas, una de ellas el afán de la sociedad de invisibilizar ciertos temas, es preferible ocultarlos, acallarlos, borrarlos, como si eso terminaría con la problemática. Es muy irónico leer en las redes que quienes defienden la vida te amenacen de muerte; como si con la muerte de los individuos la lucha por los derechos y las ideas se terminarían.
Recopilé mis artículos porque al buscar en internet y en el periódico en el que publiqué durante 8 años, aparecen algunos sin mi nombre como autor y otros ya no están, es también una manera de invisibilizar al autor o a los temas críticos; ahora, con la publicación de este libro existe un documento que deja de algún modo un legado que suscita la discusión sobre el aborto.
Finalmente para aquellas personas que abogan por no despenalizar el aborto en casos de violación o con fines eugenésicos, sería significativo no solo escuchar que hagan retóricos planteamientos para aferrarse a su visión, deberían considerar el drama de las niñas y mujeres violadas, reconocer los descubrimientos sobre la herencia de problemas genéticos e incluso genes de violencia que podría recibir el embrión; y, por otro lado los riesgos de nacimiento de niños con malformaciones congenéticas graves. Hay que estar conscientes que el problema no termina con el nacimiento, luego viene todo un vía crucis para la madre, su hijo, la familia y la sociedad. Incluso el abandono del Estado.
El libro tiene un epílogo contundente escrito por la Dra. Virginia Gómez de La Torre, líder de mujeres que luchan por este derecho.
El aborto es una realidad que debemos enfrentar y que tiene muchas aristas, mi libro lo plantea. Este tema se resolverá en la actualidad o en el futuro cercano, porque frente a la presión social e internacional, a las realidades históricas modernas, a la lucha de las mujeres en unión con los hombres ¡esto ocurrirá!
Les invito a leer el libro con mente abierta y con real sentido de solidaridad hacia las víctimas.
Gracias