Cuando el hospital enferma: la amenaza de la KPC en neonatos y pacientes graves
- Cesar Paz-y-Mino
- hace 5 días
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César Paz-y-Miño. Médico y Master en Biología de las Enfermedades Infecciosas. Universidad UTE. Genética y Ciencia

La KPC (Klebsiella pneumoniae productora de carbapenemasa) no es una bacteria diferente, sino una variante muy peligrosa de una bacteria común que vive en el intestino humano. Lo que la hace especialmente grave es que produce una enzima (carbapenemasa) que destruye los antibióticos más potentes, como los carbapenemes, que son el último recurso para tratar infecciones graves.
Esto significa que las infecciones por KPC son multirresistentes: muy difíciles de tratar, con pocas opciones terapéuticas, altas tasas de complicaciones y mortalidad, especialmente en recién nacidos prematuros o con bajo peso, cuyos sistemas inmunitarios son inmaduros.
¿Cómo se adquiere la bacteria KPC?
La KPC no se "adquiere" por el ambiente natural, sino que se transmite en entornos de salud, especialmente en unidades críticas como:
Unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN)
Hospitales con alta ocupación y recursos limitados
Centros con falencias en control de infecciones
La transmisión ocurre por:
Manos de personal de salud no adecuadamente higienizadas.
Equipos médicos contaminados (ventiladores, catéteres, incubadoras).
Contacto directo con superficies u objetos contaminados.
Pacientes colonizados (que tienen la bacteria sin enfermarse) que la diseminan.
¿Es normal que KPC esté presente en un hospital?
No es "normal" ni aceptable, pero sí es un indicador de fallas en el control de infecciones. Toda bacteria multirresistente como la KPC debería ser una excepción, no una presencia habitual.
Su aparición y propagación en un hospital revela:
Falta de cumplimiento de higiene de manos.
Deficiencias en la esterilización de equipos.
Sobrepoblación de camas y rotación inadecuada de personal.
Uso inadecuado de antibióticos (resistencia antibiótica inducida).
Detección tardía o insuficiente de casos.
En unidades neonatales, donde los bebés son extremadamente vulnerables, la presencia del KPC es una emergencia epidemiológica.
¿Afecta solo a los recién nacidos?
No. Aunque los neonatos (bebés menores de 28 días) son los más vulnerables por su sistema inmunitario inmaduro, la KPC también afecta gravemente a:
Adultos hospitalizados con enfermedades crónicas (diabetes, cáncer, insuficiencia renal).
Pacientes en unidades de cuidados intensivos (UCI).
Personas con dispositivos médicos como ventiladores, catéteres o sondas.
Pacientes que han recibido múltiples antibióticos durante su tratamiento.
En adultos, la KPC puede causar neumonía, infecciones urinarias, sepsis o infecciones en heridas quirúrgicas, con tasas de mortalidad que superan el 40% en casos graves.
¿Qué se requiere para impedir su propagación o erradicarla del hospital?
Controlar o eliminar el KPC exige un plan riguroso y sostenido de control de infecciones, que incluye:
MEDIDA | DESCRIPCIÓN |
Higiene de manos estricta | Uso obligatorio de alcohol y lavado con agua y jabón antes y después de cada contacto con el paciente. |
Aislamiento de casos | Los bebés infectados o colonizados deben estar en áreas separadas, con equipo dedicado. |
Detección activa | Tamizajes (cultivos de vías respiratorias, heces) para identificar portadores asintomáticos. |
Desinfección profunda | Limpieza diaria con desinfectantes efectivos (ej. hipoclorito) en superficies, incubadoras, ventiladores. |
Uso racional de antibióticos | Evite el uso innecesario o prolongado de antibióticos de amplio espectro. |
Capacitación continua | Personal médico, de enfermería y de aseo debe estar formado en bioseguridad. |
Vigilancia epidemiológica | Reporte inmediato a las autoridades sanitarias (MSP, ARCSA) y monitoreo constante. |
¿Por qué es especialmente grave en neonatos?
Sus defensas son muy débiles.
Las infecciones pueden evolucionar a sepsis neonatal en horas.
Las opciones de tratamiento son muy limitadas y algunos antibióticos de rescate (como colistina) tienen alta toxicidad.
La mortalidad por sepsis por KPC en recién nacidos puede superar el 40-50% en contextos con recursos limitados.
Guía Rápida de Tratamiento para KPC
Neonatos y adultos
Diagnóstico
Confirmar con cultivo + antibiograma (sangre, orina, LCR, etc.).
· Diferenciar infección vs colonización.
Tratamiento empírico (inicial, antes del antibiograma)
Adultos/niños: ➜ Ceftazidima-avibactam (1ª elección si está disponible). ➜ Si no: Colistina + Tigeciclina o Fosfomicina.
Neonatos/prematuros: ➜ Ceftazidima-avibactam (dosis pediátrica). ➜ Si no: Colistina + Amikacina (monitorear riñón).
Tratamiento dirigido (con antibiograma)
Si es sensible a avibactam: usar ceftazidima-avibactam.
Si es resistente: combine 2-3 antibióticos (colistina + tigeciclina + fosfomicina).
Duración
Bacteriemia/sepsis: 14–21 días.
Neumonía: 7–14 días.
Meningitis (neonatos): 21–28 días.
Soporte esencial
Líquidos, vasopresores si hay shock.
Ventilación si es necesaria.
Monitoreo de riñón e hígado.
Control de infecciones (¡imprescindible!)
Aislamiento de contacto (bata, guantes).
Higiene de manos con alcohol antes y después de tocar al paciente.
Desinfección diaria de incubadoras, equipos y superficies.
No usar antibióticos sin necesidad.
Notificación
Reportar caso al comité de infecciones del hospital y al MSP/ARCSA.
La presencia de KPC en un hospital neonatal no es un accidente: es un indicador de crisis en la calidad del sistema de salud. No se trata solo de una bacteria, sino de fallas estructurales en higiene, capacitación, recursos y vigilancia. Erradicarla requiere compromiso institucional, inversión en control de infecciones y transparencia con la sociedad. Porque cada muerte neonatal por una infección prevenible es una alerta que no puede ignorarse.
Datos clave
La KPC es resistente a casi todos los antibióticos.
Afecta principalmente a neonatos y adultos hospitalizados en UCI.
No se transmite por el aire, sino por contacto con superficies o manos contaminadas.
Su presencia en hospitales es una alerta de fallas en el control de infecciones.
Se puede prevenir con higiene estricta, vigilancia activa y financiamiento adecuado.
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