Fiebre amarilla, tosferina y leptospirosis: el regreso de enfermedades prevenibles
- Cesar Paz-y-Mino
- 11 may
- 4 Min. de lectura
César Paz-y-Miño. Médico, Master en Biología de las Enfermedades Infecciosas. UTE. Para NOTIMERCIO

Dos antiguas enfermedades están reapareciendo en Ecuador y el mundo: fiebre amarilla y tosferina. Ambas prevenibles por vacunas, ambas reemergentes por la caída de coberturas inmunológicas, y ambas con un costo humano evitable. Una tercera, la leptospirosis, en niños ha generado alerta.
Hasta mayo de 2025, Ecuador ha reportado 321 casos confirmados de tosferina y 5 de fiebre amarilla (brote epidémico). En un escenario global donde los movimientos antivacunas, la desigualdad en el acceso a la salud y el debilitamiento de los programas de inmunización abren grietas, estas enfermedades resurgen silenciosas pero letales.
Fiebre amarilla: la amenaza del mosquito
La fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda causada por un flavivirus, transmitida por mosquitos Aedes aegypti en zonas urbanas y Haemagogus en áreas selváticas. No se transmite entre personas, pero un mosquito infectado que pique a un humano no vacunado inicia un brote. La fiebre amarilla causa 30 mil muertes cada año en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima 200 mil casos cada año.
Su forma grave puede provocar fiebre alta, ictericia, hemorragias internas y falla hepática, con letalidad superior al 30%. En Ecuador, los casos confirmados en 2025 están relacionados con zonas amazónicas, donde el acceso a vacunación sigue siendo limitado.
La vacuna 17D, de virus atenuado, es segura, eficaz (más del 95%) y de una sola dosis. Pese a estar incluida en los esquemas del Ministerio de Salud Pública, su cobertura ha disminuido en varias regiones fronterizas. Si el virus logra instalarse en zonas urbanas con alta densidad poblacional, el daño podría ser catastrófico.
Tosferina: la tos que mata lactantes
Causada por la bacteria Bordetella pertussis, se transmite por vía aérea y es altamente contagiosa. En lactantes menores de seis meses, puede provocar apnea, convulsiones, neumonía y muerte. A nivel global, la tosferina ha resurgido por pérdida de inmunidad en adultos y adolescentes, y a la falta de refuerzos de vacunación.
En Ecuador, los 321 casos reportados en 2025 se concentran en menores de cinco años sin esquemas completos de vacunación. La enfermedad avanza en tres fases, siendo la paroxística, con accesos de tos intensos y repetitivos, la más característica y peligrosa. Cada año mueren entre 300 a 400 mil personas por tos ferina en el mundo, la mayoría en menores de 5 años.
La vacuna DTP (difteria, tétanos, pertussis) se aplica en cinco dosis desde los dos meses de edad. Su protección disminuye con los años, por lo que se recomiendan refuerzos con Tdap (versión modificada de la DPT) usada en adolescentes, adultos y embarazadas. Vacunar a la madre a partir de la semana 27 del embarazo protege al recién nacido desde el nacimiento.
Dos enfermedades, una solución: la vacunación
Tanto la fiebre amarilla como la tosferina demuestran que la prevención funciona, pero solo si se sostiene en el tiempo. En ambas, la caída en la cobertura vacunal es el principal factor de riesgo. Además, la desinformación sobre las vacunas, la desatención en zonas rurales y la fatiga institucional tras la pandemia de Covid, agravan el escenario.
Vacunar no es un acto individual, sino un compromiso colectivo. Generan inmunidad comunitaria, cortan la cadena de transmisión y evitan brotes. Protegen a los más vulnerables: recién nacidos, adultos mayores, personas con cáncer o inmunodeficiencias. Cada caso nuevo representa una oportunidad perdida. Las vacunas protegen al individuo y a quienes lo rodean. Requieren educación, accesibilidad, voluntad política y confianza social. Son salud pública en acción.
Que la fiebre amarilla y la tosferina, resurjan en pleno siglo XXI, el sigo de la inteligencia artificial, cuando existen vacunas eficaces, gratuitas y disponibles, es una tragedia evitable. Las medidas de prevención deben ser severas y no voluntarias, la vacuna es la respuesta estatal y social adecuada. La cobertura nacional de la vacuna triple viral fue menor al 85%, por debajo del umbral de seguridad. En comunidades rurales, amazónicas o marginales, el acceso más limitado.
Cada año, las vacunas salvan entre 3 y 5 millones de vidas. Desde su invención, han evitado más muertes que cualquier otro avance médico. Erradicaron la viruela, redujeron la poliomielitis en un 99%, y controlaron enfermedades como el sarampión, la rubéola o el tétanos y el Covid-19. Sin vacunas, millones de niños no llegarían a la edad adulta.
Vacunar no solo salva vidas. Reduce hospitalizaciones, evita discapacidades, protege economías y construye justicia social. Es una herramienta de equidad, especialmente en países donde la salud aún es un privilegio. El retorno de estas enfermedades en Ecuador encendió la alarma.
Leptospirosis la enfermedad de la pobreza:
Enfermedad infecciosa causada por la bacteria Leptospira interrogans, que se transmite al ser humano por contacto con agua o suelos contaminados con orina de animales infectados, especialmente roedores, canes, gatos. Es más común en regiones tropicales, con alta humedad y deficientes condiciones sanitarias. Más de un millón de personas se infectan con leptospirosis a nivel mundial, y más de 60.000 mueren a causa de la enfermedad
En Ecuador, en mayo de 2025 se confirmó un brote en comunidades indígenas amazónicas del cantón Taisha, donde murieron ocho niños con síntomas como fiebre, vómitos e ictericia. Además, se registraron 46 personas con síntomas similares y más de 800 fueron atendidas por brigadas médicas. La situación llevó a la declaración de una alerta epidemiológica en la zona.
El tratamiento incluye antibióticos como doxiciclina o penicilina, y su eficacia depende del diagnóstico temprano. La prevención se basa en habiente saludable, el consumo de agua segura, el control de roedores y animales doméstivos y la higiene ambiental. Aunque es una enfermedad tratable, sigue siendo peligrosa en poblaciones rurales con poco acceso a servicios de salud.
Tabla comparativa: Tosferina, Fiebre Amarilla y Leptospirosis
Enfermedad | Causa (agente infeccioso) | Transmisión | Síntomas principales | Tratamiento | Prevención |
Tosferina | Bacteria (Bordetella pertussis) | Aérea (gotitas respiratorias entre humanos) | Tos seca intensa, vómitos, apnea en lactantes | Antibióticos (macrólidos: azitromicina, claritromicina) | Vacuna DTP, refuerzos Tdap en adolescentes y embarazadas |
Fiebre amarilla | Virus (Flavivirus de fiebre amarilla) | Vectorial (picadura de mosquito Aedes/Haemagogus) | Fiebre alta, ictericia, hemorragias, fallo hepático | Soporte clínico, no hay antiviral específico | Vacuna 17D (una dosis de por vida), control de vectores |
Leptospirosis | Bacteria (Leptospira interrogans) | Contacto con agua o suelo contaminado con orina de animales infectados (mamíferos) | Fiebre, dolor muscular, vómitos, ictericia, insuficiencia renal, meningitis | Antibióticos (doxiciclina, penicilina, ceftriaxona) | Vacuna Spirolept para adultos de alto riesgo y solo cepa Icterohaemorrhagiae. Evitar contacto con agua contaminada, consumir agua segura, control de roedores y canes.
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