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LA ARQUEOLOGÍA GENÉTICA SE APLICA AL CÁNCER

César Paz-y-Miño. El Comercio. Domingo 13 de Febrero 2022

La OMS recuerda en febrero dos fechas importantes. El 4 el Día mundial contra el cáncer y el 15 el Día contra el cáncer infantil. Esta enfermedad cobra la vida de 10 millones de personas al año y en el Ecuador, considerando solo la palabra cáncer sin su apellido (estómago, pulmón, etc.), es la primera causa de morbilidad con 30 mil casos y mortalidad de 15 mil al año.


Aparte de los cuantiosos recursos que se invierten en salud para diagnosticar, tratar o curar el cáncer, la enfermedad tiene en toda su trayectoria firmas genéticas que la definen desde su inicio, progresión y propagación. Así como la Arqueología estudia la antigüedad de las culturas a partir de vestigios materiales dejados a lo largo del tiempo, el mismo concepto se aplica al estudio molecular, genético y genómico del cáncer; es decir, a los cambios moleculares y celulares de inicio a fin.


Entre el inicio de los cambios moleculares vistos en el ADN hasta que se instaura un cáncer, pueden pasar desde unos pocos días, hasta años. La clave de esta diferencia está en los genes de cada individuo. Conocemos que el cáncer del adulto tiene diferencias con el del infante, a nivel molecular y genético. Rastrear las variantes y firmas genéticas desde el aparecimiento de la primera célula maligna hasta el desarrollo total del cáncer, es lo que constituye la llamada arqueología molecular, genética o genómica del cáncer.


Todos tenemos genes que desencadenan cáncer, pero no en todas las personas se activan. La cronología del cáncer inicia con una célula que tiene una firma mutacional de base en uno o varios genes, lo que determina una cascada de activación o desactivación de genes, y la evolución de un grupo (clon) de células dañadas, hasta que se instaura una sola célula progenitora común que puede derivar hacia células hijas sin éxito y morir, o derivar hacia células que acumulan mutaciones de varios genes y producen un grupo de células dominantes que son el cáncer.


Aun no se entienden bien todas las interacciones genéticas que ocurren pero, por ejemplo, en el glioblastoma (tumor cerebral) se activan 14 genes en niños y 34 en adultos; en la leucemia se activan 11 genes en niños y 12 en el adultos y no siempre son los mismos; en cáncer de mama se activan 33 genes, en estómago 53, colorrectal 66, pulmón 163 y de próstata 41.


Nacemos con genes de cáncer inactivos y al menos cinco tipos de genes involucrados en el inicio y progresión de un cáncer. Hay genes que actúan en positivo, es decir mutan y desencadenan varias reacciones de otros genes y se inicia la enfermedad; éstos se llaman oncogenes. Otros genes de cáncer actúan en negativo, es decir pierden su función los llamados genes supresores del cáncer, que al perderse determinan que se activen genes de cáncer. Las mutaciones de estos dos tipos de genes de cáncer pueden ser corregidas en la mayoría de personas a través de genes de reparación del daño del ADN. Si este mecanismo de defensa natural contra el cáncer no funciona, entra en juego otro nivel de defensa y es la activación de genes de muerte celular programada genéticamente, proceso denominado apoptosis o suicidio celular. La célula que acumuló muchos daños de sus genes suele morir; pero de no ocurrir esto, aun el organismo tiene la última defensa: el sistema inmune que combate a las células malignas. Si todo sale mal, se instaura un cáncer y empieza su progresión, invasión a otros tejidos y órganos, pudiendo provocar la muerte de la persona. El 90% de estos cánceres son esporádicos o al azar por influencias de mutantes ambientales, y 10% son heredados vía parental.


Otros mecanismos genéticos descritos que influyen en el comportamiento del cáncer son micro ARNs y de interferencia, que fraguan la malignidad. Genes de control de la relación de la célula con el microambiente (control epigenético). Se ha estudiado la influencia de la nutrigenómica y el microbioma, es decir, dime lo que comes y con qué bacterias convives y sabremos el cáncer que desarrollarás. Al menos 8 virus, de ADN o ARN, producen cáncer (papilomavirus, HIV, herpes, leucemia virus).


El cáncer tiene muchos enigmas. Sabemos sobre genes que en los adultos producen cáncer y en los niños no, o lo contrario. Esto se evidenció, justamente, al aplicar el concepto de arqueología genómica que detecta alteraciones que ocurren durante la formación de cada tumor. En la cronología genética del cáncer, las alteraciones que se encuentran en muchas células de un solo tumor se consideran cambios tempranos que se heredan a medida que las células formadoras del tumor se multiplican; mientras que alteraciones genéticas que solo se encuentran en pocas células tumorales hijas, se consideran cambios más tardíos en la evolución del cáncer.


Esta metodología es como el análisis del carbono 14 para medir edades arqueológicas. En genética se miden cambios de los genes en el tiempo. Descubrir los cambios nos ayudará a entender esta enfermedad y planificar batallar a través de bloquear genes claves de inicio del cáncer.


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